La muerte de Jesucristo en la cruz es más que un sacrificio, es el mayor acto de amor de la historia que todavía sigue vigente y un regalo disponible para todo aquel que lo reciba.
A través de Jesucristo tenemos perdón de pecados (imposible de otra manera), vida con propósito en la tierra y vida después de la muerte con Dios, sanidad, libertad de las cadenas del pecado, paz verdadera y duradera y muy importante: acceso al Padre. Así que tenemos nuevamente una relación con Él en la cual, escucha nuestra oración y nos habla a través de Su Espíritu Santo.
Recibir a Jesucristo en el corazón es entrar por la puerta del reino De Dios: “Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado…porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.” Romanos 10:10,11,13
Si deseas recibirlo o reconciliarte con Él, haz esta oración: “Señor, me arrepiento de mis pecados, te pido perdón. Reconozco que tu moriste por mi y resucitaste al tercer dia para darme vida eterna. Te recibo como mi Señor y salvador. Escribe mi nombre en el libro de la vida. Te doy gracias por el regalo de la vida eterna y lléname con tu Santo Espíritu en el nombre de Jesucristo!
Si hiciste esta oración, Dios te ha perdonado y recibido como hijo (a). De ahora en adelante, ten tiempo de oración, lee la palabra De Dios y congrégate para que crezcas espiritualmente.
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